
Se descalzan los días
para pasar de largo sin que nos demos cuenta.
Son casi despedidas,
casi encuentros-felices pero incómodos-de cuerpos que se miran
y que aplazan la cita.
Aunque detrás,
suelen quedarnos huellas que no son los recuerdos.
De aquel jardín inculto yo conservo
el hombre que venía a desearte,
a caminar sin ti,
silvestre y solo.
Porque de ti le hablaban las adelfas,
con sus ramas difíciles como muchachas jóvenes,
y las palmeras altas igual que tu desnudo,
y aquel cielo corrido
que buscaba
la luz con que el amor te distingue los ojos.
No envejecemos nunca.
Tal vez no envejecemos.
Y ahora puedo decírtelo,
cuando tú me recuerdas las adelfas,
y tu desnudo en arco dibuja una palmera,
y los ojos se nublan
sobre el jardín silvestre de los enamorados.
Tal vez no envejecemos.
O es acaso que el tiempo
se quitó los tacones para no molestarnos.
O es acaso el deseo
que camina en los labios todavía descalzo.
Luis García Montero
Pensat i escrit per en Jaume Timoner.
1 comentario:
Últimamente estás muy nostálgico, no será que estás enamorado?
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