El veterano fotógrafo y periodista español Gervasio Sánchez fue distinguido ayer con el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en la categoría de Fotografía por esta imagen sobre el drama que sufren las personas mutiladas por las minas antipersonales.
El pasado 7 de mayo de 2008, el fotógrafo y
periodista Gervasio Sánchez subió a recoger uno
de tantos premios, el Ortega y Gasset que otorga
el diario El País, ante la asistencia de un
concurrido público, entre ellos estaban también
la vicepresidenta del gobierno, el presidente del
Senado, varios ministros, Esperanza Aguirre y el
alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón,
además de todos los demás medios de prensa.
Esta semana el Presidente del Gobierno, el ínclito José Luis Rodriguez tuvo un instante de acojono con la pregunta que le hizo un ciudadano de a pie en un programa de TV, pero lejos de amedrentarse reaccionó con su burda gesticulación y con su ya arraigada mentira
Las armas que vende España a Israel no sirven para matar.
Repodruzco un fragmento de ese discurso de Gervasio Sánchez, para que quede constancia la connivencia de nuestros gobernantes (no sólo de Rodríguez por supuesto) y, por ende, de nuestro país en el comercio de la muerte y la mutilación (Rodríguez, el refranero es sabio ....."no se puede estar en misa y repicando")
Es verdad que todos los gobiernos
españoles, desde el inicio de la transición,
encabezados por los presidentes Adolfo Suarez,
Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José
María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero,
permitieron y permiten las ventas de armas
españolas a países con conflictos internos o
guerras abiertas.
Es verdad que en la anterior legislatura se
ha duplicado la venta de armas españolas al
mismo tiempo que el presidente incidía en su
mensaje contra la guerra y que hoy fabricamos
cuatro tipos distintos de bombas de racimo
cuyo comportamiento en el terreno es similar al
de las minas antipersonas.
Es verdad que me siento escandalizado
cada vez que me topo con armas españolas
en los olvidados campos de batalla del
tercer mundo, y que me avergüenzo de mis
representantes políticos.
Pero como Martin Luther King, me quiero negar
a creer que el banco de la justicia está en
quiebra, y como él, yo también tengo un sueño:
que, por fin, un presidente de un gobierno
español tenga las agallas suficientes para
poner fin al silencioso mercadeo de armas que
convierte a nuestro país, nos guste o no, en un
exportador de la muerte.
Muchas gracias.
Pensat i escrit per en Jaume Timoner.
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