Sana envidia o viceversa.

Una de mis pocas virtudes, si es que así puede considerarse, es la de no ser nada envidioso.
De hecho no proceso la palabra envidia.

Hoy, sabedor de la muerte de Vicente Ferrer, digo, sin temor a transgredir esta máxima que me caracteriza, que tengo sana envidia de una persona que ha sido y será ejemplo para muchos.

Vicente Ferrer no sólo se preguntaba si era posible erradicar la pobreza del mundo, estaba convencido de que así era y era activista en pos de la igualdad.

En una época propensa a ensalzar a los iconos del cine y del deporte, manejándose ingentes cantidades de dinero en la contratacoón de deportistas, agapes y fastuosas inauguraciones ...... todas ellas de una indignidad supina ..... emerge más que nunca un personaje como Vicente Ferrer que ha hecho de su vida un ejemplo de altruismo y de creer en "hacer posibles las cosas imposibles".

Espero que su obra perdure y que se reconozca la labor de personas como él (que gracias a Dios las hay)que me hacen sentir "sana envidia o viceversa".

Descanse en paz.



Pensat i escrit per en Jaume Timoner.