
Rebecca Richman, experta en derecho internacional, grabó los juicios de Sierra Leona"Los tribunales nunca escriben la verdad de la historia"
Tengo 30 años. Nací en Chicago y vivo en Nueva York. Estudié Literatura Brasileña y Derecho, y trabajé de asistente con Michael Moore. La justicia no es objetiva, siempre está influenciada por la política y el resultado es una historia distorsionada. Soy agnóstica
Tuve la oportunidad de representar a clientes indigentes frente al poder del Estado.
Eso suena a crítica.
El poder del Estado es muy grande, y cuando conoces a ese tipo de clientes te das cuenta de que son personas vulnerables, que cometieron errores, pero que lo que necesitan es ayuda social antes que un abogado.
¿Le fue válida esa ideología en el Tribunal Especial para Sierra Leona?
Se juzgaba a personas que cometieron crímenes atroces durante diez años. Yo estaba en el equipo de la defensa. Mi primer cliente, Alex Tamba Brima, capitán militar del ejército que se pasó a los rebeldes, fue acusado de violaciones, esclavitud, exterminio, amputaciones...
¿Cómo lo puede comparar con un indigente del Bronx?
No lo comparo, pero entender las circunstancias en las que se han cometido los crímenes es una parte esencial de nuestra humanidad. El fiscal lo describía como una persona sin alma, un demonio, un perro de guerra, y yo creo que, aunque cometiera crímenes muy graves, sigue siendo un ser humano.
Un fiscal exaltado, sí; pero su capitán no dejaba de ser un asesino de masas.
Para prevenir crímenes en el futuro hay que entender las motivaciones, y a menudo las palabras de los fiscales simplifican y esconden las raíces del conflicto, de manera que hacen difícil no sólo la comprensión, sino también la reconciliación.
Comprensión, ¿qué comprensión?
El mandato del Tribunal Internacional de La Haya era juzgar sólo a los mayores responsables de crímenes de guerra, diez personas, pero todos los cargos intermedios, los que amputaron, violaron, robaron, saquearon, quemaron y asesinaron, los que cometieron las mismas atrocidades que Alex Tamba Brina e Issa Sesay, caminan libres por Freetown: recibieron dinero del fiscal para testificar e impunidad.
Ahora la entiendo.
No se puede confiar mucho en la narrativa histórica que se hace en un tribunal, y eso no quiere decir que los acusados sean inocentes.
¿Por eso grabó el juicio de Issa Sesay?
Era el primer tribunal internacional que iba a concluir desde el de Nuremberg; tenía un acceso especial y la experiencia de aquel primer acusado, así que decidí grabarlo y entrevistar a los que participaron en el juicio.
¿Quién es Issa Sesay?
Comandante en jefe del Frente Revolucionario Unificado (RUF). Tenía 19 años cuando le cogieron los rebeldes. O luchaba junto a ellos o moría.
¿Cuál fue su condena?
52 años, pese a ser el único dentro del RUF que luchó por la paz y consiguió, con grandes oposiciones, desarmar a los rebeldes. Por eso la defensa pedía de 10 a 15 años.
Usted entre ellos.
Era la oportunidad del tribunal de contar una historia más amplia y verdadera, menos simplista, pero la desperdició. Además, esa sentencia envía un mensaje peligroso a otros comandantes: no será fácil desarmarlos si saben que pasarán el resto de su vida en una cárcel.
El mensaje del fiscal es muy claro.
"Si no quieres pasar la vida en la cárcel, no cometas crímenes". Pero la comunidad internacional sólo juzga a los líderes de los países débiles; por lo tanto, el mensaje no es disuasorio para todos, ni siquiera es claro.
...
Se está diciendo que hay que estar a buenas con los líderes de los países fuertes, cuando lo que deberíamos conseguir es que la ONU castigara a los líderes de los países fuertes responsables de los crímenes en Iraq.
¿De qué nacionalidad eran los fiscales?
La mayoría era de los países que habían aportado más dinero, es decir, Estados Unidos y el Reino Unido.
¿Qué perseguían los fiscales, notoriedad o justicia?
Es difícil conocer las motivaciones reales de las personas. El punto de partida era bueno, pero algunos de ellos se corrompieron durante el proceso.
¿A qué se refiere?
A veces se confunde la idea de justicia con la sentencia y se mide el éxito de un tribunal por el número de condenas.
¿Qué fue para usted lo más injusto del proceso?
Hacer a diez personas responsables simbólicas de todo lo que sucedió en la guerra, y que a algunos de los culpables los fiscales les pagaran y les ofrecieran la impunidad.
¿Decepcionada?
En el documental War Don Don he querido enfatizar que los tribunales nunca escriben la verdad de la historia; eso pueden hacerlo las comisiones de reconciliación y de verdad. Pero el sistema penal internacional levanta muchas expectativas, quiere escribir la historia de las víctimas y de los verdugos, y ese no es su papel. De hecho, la justicia debería empezar a partir del juicio.
¿?
Se deben entender las causas del conflicto, debe haber un movimiento de reconciliación popular en la calle; debe haber comisiones de verdad y de reconciliación nacionales, foros abiertos en los que se maneje una información veraz.
Usted pone en duda la justicia.
Hay que cuestionar el procedimiento para poder mejorarlo.
La Contra
War Don Don abrió la 18a Mostra Internacional de Films de Dones (www.mostrafilmsdones.cat), que tiene lugar del 10 al 20 de junio. El documental hace el seguimiento del controvertido juicio de Issa Sesay, comandante en jefe del Frente Revolucionario Unificado, en el Tribunal Especial para Sierra Leona, en el que se juzgaban los crímenes cometidos durante los diez años de guerra civil (1992-2002). Observadora de excepción, su reflexión sobre el papel de los tribunales internacionales es ambivalente, decepcionante y esperanzado, pero en todo caso, rico. El CCCB organizó un debate en torno a esta cuestión con Solomon Moriba, portavoz del Tribunal para Sierra Leona, y la directora.
"La Contra"
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