Jennifer Robinson, abogada de Julian Assange, creador de Wikileaks
"El delito del que acusan a Assange sólo existe en Suecia"
Tengo 30 años.
Soy australiana como Julian.
Soltera: he dedicado mi vida a defender los derechos humanos y ese también ha sido mi único partido político.
Soy de cultura católica: mi madre se enfadó cuando intervine en casos de pederastia.
Colaboro con Bartolomé&Briones.
Cómo está el señor Assange?
Hablé con él anoche. Está entusiasmado trabajando en los acontecimientos en Libia y en Wikileaks: pronto verán cómo.
¿No lo ha publicado todo ya?
Apenas ha difundido un tres por ciento de los documentos en su poder.
¿Está preocupado por las acusaciones?
Se las toma muy en serio. Además le es difícil olvidarlas, porque está obligado a llevar una pulsera en el tobillo que permite a la policía tenerle siempre controlado.
Es mejor que estar en la cárcel.
Desde luego, pero es que cualquiera que se enfrentara a acusaciones similares en el Reino Unido sería tratado mucho mejor.
¿De qué se le acusa exactamente?
De un delito que sólo existe en Suecia. Es una acusación muy extraña.
¿No se le acusa de violación?
No, porque el sexo que mi defendido mantuvo con las dos ciudadanas suecas que ahora le acusan fue consentido.
¿Entonces...?
Yo añadiría que aquello de lo que se le acusa, en el Reino Unido o en mi país, Australia, no sería en absoluto delito.
¿Y en Suecia sí es delito?
En Suecia lo que ha sucedido es que, para que hubiera delito sexual, en principio el requisito era el uso de la fuerza, pero la consideración de delito ha evolucionado recientemente hasta un punto muy equívoco.
¿No era por no usar preservativo?
En cualquier caso, debemos ser muy cuidadosos al distinguir entre lo socialmente reprobable y un crimen violento. Y hablamos de una acusación muy grave que ya ha causado un perjuicio inmenso a mi cliente.
¿Por qué piden su extradición?
Ese es otro punto interesante. En los dos últimos años, Suecia ha cursado tan sólo dos órdenes de detención por delitos sexuales: la de un violador de niños y la de Julian Assange. Obviamente existe una desproporción jurídica evidente y flagrante.
¿Por qué motivo?
Porque la atención mediática universal es tentadora para que algunos políticos suecos exhiban su pretendida firmeza contra los delitos sexuales.
¿En qué se basa usted para afirmarlo?
Ofrecimos a la fiscal nuestra cooperación antes de que emitieran la orden de detención, pero prefirió cursarla. Además, el primer ministro sueco hizo unas declaraciones políticas que interferían escandalosamente en el proceso: dijo que sus abogados ignorábamos los derechos de las mujeres.
¿Qué pasaría si extraditaran a Assange?
Que en Suecia se celebraría un juicio a puerta cerrada. Lo que le dejaría en evidente indefensión.
¿Cómo se defiende Assange?
Niega absolutamente cualquier práctica sexual no consentida. Cuando supo de la orden de detención se presentó conmigo en una comisaría de Londres y pude ver su consternación al leer esas acusaciones.
¿Cuáles son los motivos –cree usted– de las mujeres que lo denunciaron?
Simpatizo con ellas: es muy difícil mantener acusaciones sexuales y más contra una figura pública. También lamento la intrusión mediática que han sufrido, pero desconozco sus motivos. Lo que sí sé es que hubo mensajes entre ellas y sus amigos en los que expresaron su intención de arruinar la reputación de Assange y también de conseguir grandes sumas de dinero al hacerlo.
¿No cree que puede haber alguien más detrás de esas acusaciones?
Ha habido especulaciones sobre si han podido ser promovidas por la CIA, pero simplemente no lo sabemos.
¿Qué pasará ahora?
Recurriremos la orden de detención ante la High Court y, si no prospera el recurso, ante el Supremo y si tampoco prospera, ante el Tribunal de Estrasburgo.
¿Cuánto tiempo llevarán los recursos?
Alrededor de un año por lo menos.
¿Cuántos años pueden caerle?
Entre dos y cuatro, pero seamos serios: las acusaciones sexuales en Suecia no resistirían un interrogatorio serio. No tienen base.
Entonces, ¿qué les preocupa?
Nos preocupa mucho más que sea extraditado de Suecia a Estados Unidos por los cargos de espionaje que se le imputan allí.
Si ni siquiera es ciudadano de EE.UU.
Es australiano. Por lo menos, no podrán aplicarle el cargo de traición, pero no creo que eso le librara de un juicio en EE.UU.
¿En Australia también le acusan?
Soy ciudadana australiana y debo avergonzarme de mi Gobierno, porque en vez de proteger a su ciudadano Assange en el caso Wikileaks, el primer ministro lo acusó de actuar de forma irresponsable al filtrar secretos y anunció que lo extraditaría a EE.UU.
Ya no le queda ni Australia.
Afortunadamente, la justicia australiana inició una investigación independiente que concluyó desestimando todas las acusaciones gubernamentales. Porque lo único que ha hecho Assange es hacer de editor. Es chocante que Australia dé refugio político a tantos extranjeros y no a su propio ciudadano.
El señor Assange publicará ahora sus memorias para poder pagar su bufete.
Sólo somos cinco trabajando en el caso. En EE.UU. seríamos más y más caros. Y el señor Assange tiene todo el derecho a decir lo que piensa en su propio libro, máxime cuando ya hay otros en el mercado atribuyéndole todo tipo de declaraciones.
Haciendo historia
http://www.lavanguardia.es/
"La Contra"
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