Tengo 45 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy profesor especialista en relaciones públicas y miembro de la Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España. Estoy casado y tengo cuatro hijos (de 13 a 4 años). Soy de centro y católico. Colecciono relojes de bolsillo.
¿Qué es lo que jamás debe hacer un político?
Incumplir una promesa electoral. Ay, que me parto... Deberían cumplir: ¡el elector está cada día menos dispuesto a dejarse timar! En sus cien primeros días de gobierno, todo político debe hacer gestos en el sentido de sus promesas.
¿Lo ha hecho bien Artur Mas?
Sí, suprimió las restricciones de velocidad en carretera y el impuesto de sucesiones.
¿Y no le pasarán factura los recortes?
La ciudadanía entiende que cumple lo prometido, que hoy tocan políticas de austeridad para conservar lo que tenemos.
¿Y qué consejo daría a Zapatero?
Zapatero ya sabe en qué se convertirá cuando deje de ser presidente del Gobierno.
¿Ah, sí? ¿En qué?
En lo que se convierten todos los ex presidentes: ¡en un lobby!
¿Qué es un lobby?
Alguien que informa a los legisladores de qué reacciones adversas puede levantar una cierta ley en algún sector de la sociedad.
¿Un grupo de presión?
Legítima presión: es información contrastada de unos intereses. En Washington hay 17.000 agentes de lobby censados. En Europa hay 15.000, 4.000 en Bruselas. En España, unas 500 personas son lobby profesional, actividad que aquí aún no está regulada.
¿Tráfico de influencias?
No, no es lo mismo: el tráfico de influencias es soborno, chantaje, corrupción, delito. El lobby, en cambio, sólo informa al político de los perjuicios que a un colectivo le puede causar una cierta ley, para que lo sepa...
¿Y Zapatero se convertirá en lobby?
¿Quién negará audiencia a Zapatero, recién salido de la presidencia del Gobierno de España? Su poder de influencia será enorme.
¿Lo es todavía el de Felipe González?
En tres años, su empresa Ialcom ha facturado un millón de euros (en informes solamente). Y asesora a Carlos Slim, el magnate más rico del mundo, con sus 53.500 millones de dólares, más fortuna que Bill Gates. Y, además, Felipe González asesora a Gas Natural.
¿Y José María Aznar?
Asesora a Neocon News Corporation, un poderoso grupo mediático. Y trabaja en la Universidad de Georgetown. Y para la petrolera Exxon Mobile...
¿Y por qué echó un capote a Gadafi?
Para estar posicionado como mediador.
¿Qué otros lobbies hay en España?
Quienes puedan construir imágenes públicas: los grupos mediáticos Godó, Prisa, Unidad Editorial, Zeta, Vocento y Joly.
¿Alguno más?
Sí, el llamado “lobby de las 17 empresas”, liderado por Fernando Casado, y que son estas: Telefónica, El Corte Inglés, Mango, Barceló, Santander, Repsol, Acciona, La Caixa, BBVA, Inditex, Planeta, Mapfre, ACS, Ferrovial, Havas, Mercadona e Iberdrola.
¡Poderío!
Emplean a 1.700.000 personas y producen el 35,2% del PIB español. ¡Si quieres legislar eficazmente, escucharás a este lobby!
Dé un ejemplo de legislación ineficaz.
La ecotasa, o las iniciativas durante la crisis de las vacas locas: ¡no escuchar al sector puede cargarse a ese sector para siempre!
¿A qué otros colectivos escucharía?
El patronal, el sindical, el internauta, el gay, el Opus Dei y el judío.
¿Por qué en Estados Unidos son tan activos y visibles los lobbies?
Por transparencia y pulso de intereses. También allí se forjó la práctica de las relaciones públicas, de la mano de Edward Bernays.
¿Quién es Edward Bernays?
Él consiguió que llevemos reloj de pulsera, que las mujeres fumen, que en los hoteles se desayune huevos con bacon...
Explíqueme esos logros, lo de los huevos con bacon.
En los años cincuenta, la compañía American Bacon Nut tenía muchas partidas de bacon congeladas, y fichó a Barneys para fomentar las ventas. Barneys encargó análisis nutricionales del bacon a los cien mejores médicos de Norteamérica...
¿Y qué descubrió?
Que era muy energético. Y lanzó su campaña: combinar bacon con huevos para un desayuno contundente. “¡Tendrás más energía!”, postuló. “Te bastará parar poco rato a mediodía, acabarás antes el trabajo”. ¡Y cambió la rutina dietética de los norteamericanos!
¿Y lo de las mujeres que fuman?
Las feministas convocaban una manifestación en demanda de igualdad. Barneys –fichado por las tabaqueras– les propuso un modo de visualizar esa demanda: ¡fumar! ¡El cigarrillo como antorcha de su libertad! Una mujer fumando estaba mal vista... Y así pasó a equivaler a mujer liberada.
¿Y lo del reloj de pulsera?
Sólo lo llevaban así las mujeres, prendido a la muñeca con una pulsera de fuelle y de colores. Los hombres lo usaban de bolsillo. Pero, para vender más pulseras, Barneys convenció al ejército norteamericano de integrar el reloj de pulsera en el uniforme de sus soldados en la Primera Guerra Mundial.
¿Cómo convenció al ejército?
Demostró que el reloj de bolsillo mataba a muchos soldados: se enganchaban al arrastrarse o el brillo en el vidrio convexo –del sol o de una cerilla para mirar la hora– los convertía en dianas... Y propuso el reloj de pulsera, con vidrio plano y con manillas fosforescentes. Y por eso hoy lo llevamos.
Relaciones públicas
José Daniel Barquero se formó en Estados Unidos con Edward Bernays, consultor considerado uno de los hombres más influyentes del siglo XX: además de asesorar a cinco presidentes norteamericanos, fue el inventor de las relaciones públicas. Barquero, doctor por varias universidades, es además director y profesor de la Fundación Universitaria Eserp, en cuyas aulas se imparten clases de relaciones públicas, marketing y negocios en varias ciudades de España desde hace 25 años (si bien su matriz académica fue fundada hace ahora 125 años). Barquero reúne ahora algunos de los conocimientos que imparte en su libro Relaciones públicas políticas, marketing y lobbying (Furtwangen).
"La contra".
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