30 de marzo de 2011

Carta de un parado de “larga duración”.

www.lavanguardia.es

Cartas | 30/03/2011 - 19:37h
Ernesto Oyonarte

Evidentemente, el título es para atraer las miradas. Porque no hay un tema que más atraiga que el sexo, en este país de “impotentes”.

Voy ahora al grano: Soy un parado de “larga duración”. Tengo 53 años y no hay Dios que me contrate. Me han  recortado los pocos subsidios que hasta ahora tenía y mi futuro es más negro que un agujero “idem”. Pero, hete aquí, que acabo de leer en un periódico “online” (no tengo dinero para comprar la prensa escrita) que el Ministro de Trabajo, el Sr. Valeriano Gómez, recibiendo instrucciones del “mayor hombre de estado” de la historia de España, el Sr. Don José Luis Rodríguez Zapatero, ha otorgado una subvención a los tres mosqueteros de nuestro país (CEOE, UGT y CC.OO) de 300 millones de euros (cincuenta mil millones de pesetas) para cursos de formación


Y yo, en mi ignorancia, me pregunto, ¿sirven estos cursos para que yo obtenga trabajo? ¿Me van a preparar eficientemente para conseguir un puesto que alimente a mi familia? Y yo, en mi ignorancia de parado, me respondo: No. Entonces, vuelvo a cuestionarme: ¿Para qué distribuyen entre esos tres mosqueteros tanto dinero, que no cumple su fin? Y ahí, ya comienzo a desbarrar. 
Y tiro de mi corta memoria y de los cientos de titulares sobre huelgas de teatro, reuniones a escondidas, titulares de periódicos, palabras grandilocuentes, que se estrellan una y otra vez contra un muro infranqueable: cinco millones de parados.

Y me acuerdo del INEM y de la madre que lo parió, y del Cándido Méndez y su maquillaje de proletario y del sibilino Toxo con el puño en alto y de la Patronal de Empresarios (de pacotilla) y de sus castas en fila de a dos.

Y sigo sin trabajo. Levantándome cada día para soportar eternas colas de desesperación y hurgando en la basura de los supermercados para llevar algo de comer a mi familia.

Y, por la noche, acostado al lado de mi santa esposa, pienso en estos trileros que dicen que me defienden y me siento cómo el título.

Puta, reputa y pagando la cama.

Actúa ya que mañana puede atropellarte un camión.

Pau Garcia-Milà Pujol, innovador del mundo digital


Tengo 23 años.
Nací en Olesa de Montserrat y vivo en Barcelona.
Soy emprendedor-empresario- hablador: he creado un sistema operativo.
Vivo con mi hámster, Walter.
Yo voto, pero los políticos no nos sacarán de la crisis: eso es cosa nuestra.
¿Dios? Me gustaría llegar a creer.


Qué ha inventado?Un sistema operativo desde la web: la información puede almacenarse en un sitio al que acceder desde cualquier terminal conectado a internet.

¿Es lo que llaman “computación en la nube” (cloud computing)?Ni tenía nombre ni se sabía para qué serviría cuando lo inventamos. Muchos nos decían: “Qué tontería, esto no sirve para nada”.

¿Quiénes lo inventaron?
Mi amigo Marc Cercós y yo... ¡Gracias a la pendiente de una calle de Olesa!

¿Una pendiente?
Nuestras casas están separadas por una cuesta muy empinada, la calle del tenis. Quedábamos en casa de uno u otro para computar, y a veces olvidábamos archivos en casa del otro: para ahorrarnos caminar la dichosa cuesta, ideamos este sistema.

¿No tenían memorias USB potentes?
No, era el 2005: una desventaja convertida en ventaja. “Esto no tiene mercado”, nos decían. No había iPhones, iPads, tabletas, la actual profusión de terminales de internet: ¡el mercado nos ha llegado después!

¿Cuál es la lección?
Ver que teníamos el 1% de algo, pero pensar a lo grande y volcarse: si eso era útil para nosotros, lo sería algún día para más personas. Al principio, los usuarios de eyeOS (así lo bautizamos, idea de mi madre) éramos cinco personas... ¡Hoy somos millones!

Hay que felicitarle.
¡Cuántas veces oímos lo de “sois unos ingenuos”! Pues viva la ingenuidad: te impulsa.

¿Tiene que ver con la edad?
Ser muy joven o muy mayor es ventajoso: llamas la atención y tienes poco que perder. Aprecio el fracaso y rechazo el posponer.

¿Aprecia el fracaso?
Entiendo que fracasar diez veces es aprender qué diez cosas no debo repetir.

Posponemos mucho, ¿no?
Dices: “Haré esto, haré aquello, pero después de los estudios, después de la hipoteca, después de los hijos, cuando me jubile...”. ¡Hazlo ya, que esta tarde puede atropellarte un camión! Vivimos esperando: es un error.

¿No esperó a terminar sus estudios?
Cursaba primero de Ingeniería Informática... Y me expulsaron. No me presentaba a los exámenes porque estaba demasiado apasionado construyendo eyeOS...

¿En cuántos países opera ahora?
Se usa en 65 países: es el proyecto de software libre más grande creado en España.

¿Hubiera sido mejor desde otro país?
Eso es un tópico. Yo me beneficio de decir que trabajo en Barcelona, ¡porque a los extranjeros les resulta muy glamuroso! Estoy a gusto aquí, no hace falta irse: una reunión en Nueva York está a sólo ocho horas.

¿Qué es lo más duro de trabajar aquí?
Buscamos excusas para no hacer cosas nuevas. Si propones hacer algo nuevo, te dicen: “Esto no va a funcionar, ¡ni lo intentes!”. Si lo haces y no funciona: “¡Ya te lo dije!” Y si funciona, te dicen: “Has tenido suerte”.

Todo para desincentivar, ¿eh?
En otros sitios, si fracasas se considera que has acumulado experiencia, y si triunfas se te aplaude como a un héroe.

Mejor modelo, ¿no?
Sí. Nuestro mayor problema es la actitud de la gente. Vemos al emprendedor como a un pícaro, y si triunfa, como a un explotador.

¿Cómo le gusta verse a usted?
Como alguien que inventa cosas... Pese a no ser superdotado, ni rico, ni estadounidense.

Algo tendrá.
¡Muchas ganas!

Algo más.
La convicción de que todo iría bien.

¿Algo más?
Ingenuidad.

¿Y algo de dinero?
Pedimos un crédito de 40.000 euros a La Caixa: teníamos 19 años, confiábamos en nosotros y nos lo dieron, avalando nosotros.

¿Ha detectado envidias en alguien?
En los que dicen “algún enchufe habrá tenido”: es injusto, me molesta. Lo que me toca oír ahora es: “¡Vigila, no vayas a morir de éxito!”, ja, ja, ja... ¡Qué obsesión! Yo sigo pensando, como siempre, que todo irá bien.

¿Qué aspectos de nuestro sistema educativo mejoraría usted?
Habría que vincular más la teoría y la práctica, e implicar a personas experimentadas en la vida real.

Le han comparado con Zuckerberg, el creador de Facebook...
Tambiénme han llamado “el Bill Gates catalán”. No me gusta: si no le supero, dirán que soy un fracaso. Prefiero que llegue el día en que digan de otro joven “es el Pau Garcia- Milà” norteamericano o sueco o...

¿Qué consejo daría usted al presidente del Gobierno español o catalán?
Primero: ¡no acepte consejos de chicos de 23 años! Segundo: transmita el mensaje de que los políticos no nos sacarán de la crisis. Porque nos sacaremos entre todos, con una actitud positiva. Y el trabajo de los políticos, acto seguido, será hacer entender a los inversores que este país no se desmonta.

¿Y qué consejo daría a un joven?
¡Ánimo, cree en ti, inventa algo que veas útil para ti! Y no te disfraces de nada, sé tú. Yo voy siempre con mis tejanos y bambas, ¡hasta cuando doy un discurso ante el Príncipe!

¿Qué tal con el Príncipe?
Lo primero que me dijo es: “Háblame en catalán”. Se lo agradecí. Y me prometió: “Si un día escribes un libro, te lo prologo”. Y así ha sido.

Todo por hacer

Habla rápido, casi atropellándose, pero se le entiende todo. Sus ideas son claras y precisas, y parece saber qué quiere y qué hacer en cada momento. El príncipe Felipe le ha distinguido con el premio Impulsa Empresa 2010, y Felipe González le ha aplaudido: uno y otro prologan y epilogan su libro 'Está todo por hacer' (Plataforma), en el que resume su filosofía, rebosante de un entusiasmo que resume en el subtítulo: "Cuando el mundo se derrumbe, hazte emprendedor". No es una pose: a Pau le sale por los poros la autoconfianza y la pasión proactiva. Sus innovaciones se anticiparon al 'cloud computing' y hoy su empresa (eyeOS) negocia con las primeras del mundo digital. Hará cosas.

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"la contra"

28 de marzo de 2011

En Boss.




Paseo / ejercicio vespertino d'en Boss (derrapando y enfilando la línea de meta).
Fotos: Jaume Timoner

Primavera.





Fotos: Jaume Timoner - 28 de març de 2011

Mi sordera escondía una bendición.

Robert Dávila, la persona sorda que ha asumido más responsabilidad política del mundo


Tengo 78 años.
Nací en California.
Estoy casado, mi mujer es sorda, pero no mis dos hijos.
Soy presidente emérito de la Universidad Gallaudet en Washington, miembro del Partido Republicano: he servido a dos presidentes como vicesecretario de Educación Especial.

Eramos inmigrantes mexicanos. Vivíamos en un campamento de jornaleros sin papeles en lo que hoy es el Silicon Valley, en California. Mi padre estaba enfermo del corazón. Mi madre no era feliz.

¿Por qué?
Las barracas de los campos parecían cajones, a menudo no tenían ni techo. Toda la familia recogía fruta y verdura. Un día, cuando tenía ocho años, mi padre se subió a un árbol para sacudir las ramas más altas y cayó fulminado. Tenía 48 años. Jamás me había sentado en su regazo ni había mantenido una conversación con él, pero su pérdida fue lo más significativo de mi infancia, no fui capaz de superar la angustia hasta la muerte de mi madre 54 años después.

¿Su madre se hizo cargo de todo?
Sí, de sus ocho hijos. Llegaba muy tarde por la noche, cuando ya me había dormido, y se levantaba a las cinco de la mañana para ir a coger verdura, antes de que me despertara. Los fines de semana limpiaba casas y por la noche hacía canguros. Apenas la veíamos.

Qué vida tan dura.
Era una mujer fatalista que afirmaba que las dificultades de la vida eran voluntad de Dios. Discutíamos, yo le decía que las personas podían ser dueñas de su destino.

Y así ha sido en su caso.
A los once años, por las condiciones tan insalubres en las que vivíamos, contraje una meningitis. Un día me desperté sordo.

¿Cómo se adaptó?
Fue duro. No quería que la gente supiera que era sordo, su compasión me avergonzaba o me enfurecía. Pero hubo otras consecuencias sorprendentes: mi sordera escondía una bendición, ya que me concedió unas oportunidades que mis hermanos no tuvieron: ninguno fue a la escuela.

¿Tuvo que abandonar su casa?
La escuela de sordos estaba a 800 kilómetros. Veía a mi familia una vez al año. Muy asustado, me subí a un tren con una tarjeta que colgaba de mi cuello, con mi nombre y destino. El viaje duró dos días, no tenía dónde dormir; la policía me encontró y me permitió dormir en la cárcel.

¿Qué tal se adaptó en la escuela?
Algunos profesores no esperaban gran cosa de los niños hispanos, así que me apliqué. Aquel era un mundo nuevo: gente que me atendía, cama propia, buena comida. Deseaba tanto que me aceptaran que a menudo la emprendía a puñetazos.

Somos así de contradictorios.
En cuatro meses aprendí el inglés y la lengua de signos y pude comunicarme. La sordera abrió mi vida a nuevas experiencias, pero añoraba a mi familia, la primera Navidad fue durísima, todas las noches reprimía mis lágrimas porque mi madre me había dicho que no llorara. Desde entonces sufro de rigidez en el labio superior.

Se convirtió en el mejor estudiante.
Aprendía todo lo que estuviera a mi alcance con tal de que me dieran una palmadita en la espalda. Estaba muy motivado. Un día me enteré de que al primero de la clase lo llevaban a cenar y al cine. No puede ser tan fácil, me dije –piense que yo a los cuatro años ya trabajaba...–. Desde ese día fui al cine cada mes.

¡…!
Hubo otro acontecimiento que cambió mi forma de pensar acerca de mi identidad: un compañero de la escuela me invitó a pasar un fin de semana en su casa, sus padres también eran sordos: sordos, cultos y ricos.

¿Qué significó para usted?
Entendí que los sordos también podíamos triunfar, y ver que compartían información y sentimientos en lengua de signos me abrió los ojos. Me gradué precozmente con quince años con el descabellado sueño, en aquel entonces, de ir a la universidad.

Y llegó a doctorarse.
Eso fue lo más difícil, por ser sordo no me aceptaron en alguna universidad; ha habido que luchar mucho.Yo me sentaba en clase y no entendía nada, pero culminé con éxito el doctorado estudiando entre oyentes sin ayudas técnicas ni intérpretes de signos.

¿Por qué decidió meterse en política?
Era la única manera de cambiar las leyes para mejorar la vida de las personas con alguna discapacidad. Ha sido una lucha continúa. Siempre he querido hacer visible la lengua de signos, así que en una reunión de gobierno con Bush padre le dije al intérprete que se pusiera junto al presidente, pero aparecieron los de seguridad y dijeron que el intérprete debía alejarse.

¿Y?
¡Ni hablar!, les dije, yo necesito ver la cara del presidente mientras habla y las manos del intérprete. Mentira, pero así se hizo. Desde aquel momento todos los intérpretes se sitúan junto a los oradores en actos políticos y públicos. Hoy la lengua de signos es la cuarta lengua de EE.UU.

Ha sido muy perseverante.
¿Cuál ha sido mi secreto? Empuje interno. En EE.UU. tenemos una asociación nacional de profesores para sordos que se creó en 1843. Durante 125 años todos sus presidentes han sido personas oyentes. En una reunión con los responsables les pregunté: ¿por qué nunca han elegido a un sordo como presidente?... Nunca se ha presentado ninguno, me dijeron. Me presenté y gané.

¿Qué merece la pena en la vida?
Tener un buen sentimiento hacia ti mismo; se lo dice un sordo hispano de origen pobre. Con motivación y objetivos la vida se abre.

Superación

Algún día harán una película sobre su vida (Momentos decisivos, editorial Octaedro): la historia de un niño inmigrante pobre que se queda sordo a los once años y por primera vez en su vida pisa una escuela, una escuela de sordos. Esa oportunidad bien aprovechada lo llevó al gobierno de EE.UU. y a liderar grandes cambios para ese colectivo. Fue de las primeras personas sordas en obtener un doctorado y el primero en dar un discurso en lengua de signos en la ONU (1981). Ha conseguido programas de apoyo para sordos en todo el mundo: "Los logros de EE.UU. deben extenderse por el mundo". Está en Barcelona invitado por la Asociación de Padres y Madres de Niños Sordos.

"La contra"


Foto: Jaume Timoner

27 de marzo de 2011

Echando pan a los patos.

Me pregunto a qué están esperando en España, con lo aficionados que somos a correr delante de la locomotora, y al que no quiera correr, obligarlo por decreto. A más de un político aficionado a la psicopedagogía de laboratorio y a la lengua hablada y escrita controlada por ley, debería gotearle el colmillo: hay más humo con el que marear la perdiz. Más posibilidades de que la peña, propensa a desviarse de pitones cuando le agitan un capote desde la barrera, no piense en lo que debe pensar, la que está cayendo y va a caer. Buenos ratos echando pan a los patos.

Hace un par de meses, una editorial gringa publicó ediciones políticamente correctas del Huckleberry Finn y el Tom Sawyer de Mark Twain en las que, además de retocar crudezas propias del habla de la época, se elimina la palabra nigger, que significa negro. Los alumnos se escandalizaban, arguyó el responsable: un profesor de Alabama que, en vez de explicar a sus escandalizables alumnos que los personajes de Twain usan un lenguaje propio de su época y carácter -Joseph Conrad tituló una novela The nigger of the Narcissus-, prefiere falsear el texto original, infiltrando anacronismos que encajen en las mojigatas maneras de hoy. Convirtiendo el ácido natural, propio de aquellos tiempos, en empalagosa mermelada para tontos del ciruelo y la ciruela.

Coincide la cosa con que el ministerio de Cultura francés, confundiendo la palabra conmemorar con la de celebrar, excluya a Louis-Ferdinand Céline de las conmemoraciones de este año, cuando se cumplen cincuenta del fallecimiento del escritor. Que fue pésima persona, antisemita y colaborador de la Gestapo -como, por otra parte, miles de compatriotas suyos-, y autor de un sucio panfleto antijudío titulado Bagatelle pour un massacre; pero que también es uno de los grandes novelistas del siglo XX, el más importante en Francia junto a Proust, y cuyo Viaje al fin de la noche transforma, con inmenso talento narrativo, una muy turbia sordidez en asombrosa belleza literaria. Eso demuestra, entre otras cosas, que un retorcido miserable puede ser escritor extraordinario; y que un artista no está obligado a ser socialmente correcto, sino que puede, y debe, situarnos en los puntos de vista oscuros. En el pozo negro de la condición humana y sus variadas infamias.

Así que, españoles todos, oído al parche. Suponiendo -tal vez sea mucho suponer- que quienes vigilan a golpe de ley nuestra salud física y moral sepan quiénes son Twain o Céline, imaginen las posibilidades que esto les ofrece para tocarnos un poquito más los cojones... ¿Qué son bagatelas como prohibir el tabaco o convertir en delito el uso correcto de la lengua española, comparadas con reescribir, obligando por decreto, tres mil años de literatura, historia y filosofía éticamente dudosas?... ¿A qué esperan para que en los colegios españoles se revise o prohíba cuanto no encaje en el bosquecito de Bambi?... ¿Qué pasa con esas traducciones fascistas de Moby Dick donde se matan ballenas pese a los convenios internacionales de ahora?... ¿Y con Phileas Fogg, tratando a su criado Passepartout como si desde Julio Verne acá no hubiera habido lucha de clases?... ¿Vamos a dejar que se vaya de rositas el marqués de Sade con sus menores de edad desfloradas y sodomizadas antes de la existencia del telediario?... ¿Y qué pasa con la historia y la literatura españolas?... ¿Hasta cuándo seguirá en las librerías la vida repugnante de un asesino de hombres y animales llamado Pascual Duarte?... ¿Cómo es posible que al genocida de indios Bernal Díaz del Castillo lo estudien en las escuelas?... Y ahora que todos somos iguales ante la ley y el orden, ¿por qué no puede Sancho Panza ser hidalgo como don Quijote; o, mejor todavía, éste plebeyo como Sancho?... ¿A qué esperamos para convertir lo de Fernán González y la batalla de Covarrubias en el tributo de las Cien doncellas y doncellos?... ¿Cómo un machista homófobo y antisemita como Quevedo, que se choteaba de los jorobados y escribió una grosería llamada Gracias y desgracias del ojo del culo, no ha sido apeado todavía de los libros escolares?... En cuanto a la infame frase Viva España, que como todo el mundo sabe fue inventada por Franco en 1936, ¿por qué no se elimina en boca de numerosos personajes de los Episodios nacionales de Galdós, donde afrenta a las múltiples y diversas naciones que, ellas sí, nos conforman y enriquecen?... ¿Y cómo no se ha expurgado todavía El cantar del Cid de las 118 veces que utiliza la palabra moro, sustituyéndola por hispano-magrebí de religión islámica, y buscándole de paso, para no estropear el verso, la rima adecuada?

Por fortuna no leen, ni creo que en el futuro lo hagan. Tranquilos. El peligro es mínimo. Menos mal que esos pretenciosos analfabetos, dueños del Boletín Oficial, no han abierto un libro en su puta vida.


Arturo Pérez-Reverte

25 de marzo de 2011

"No matan los seísmos, sino la corrupción del constructor"

Shigeru Ban, arquitecto especializado en terremotos y construcciones humanitarias


Tengo 53 años: sé que mi responsabilidad como arquitecto no es hacia quien me paga ni hacia el proyecto, sino hacia las personas que le darán vida al usarlo.
Nací en Tokio: una ciudad joven, renacida tras la guerra.
Colaboro con el Institut d´Arquitectura Avançada de Catalunya.

Ustedes los medios de comunicación han exagerado burdamente la situación de Japón.

Nos llegaban imágenes dramáticas.
Pero el tono no reflejaba la realidad de la relativa tranquilidad con que se vivía en la mayor parte de Japón. Por eso, mis amigos europeos me llamaban ofreciéndome sus casas para que pudiera “huir” de Tokio. Deberían ustedes estar más atentos a mostrar la realidad con exactitud...

... Tomo nota.
Eso no ha ayudado en absoluto a Japón ni a su economía, aunque le aseguro que reconstruiremos y volveremos a prosperar pronto.

Pero todavía hay una alarma nuclear.
Veamos: el Gobierno japonés evacuó a 30.000 personas alrededor de la central de Fukushima como medida de precaución...

Eso creo.
... Pues bien, la radiación allí era inferior a la que usted se expone en un vuelo Tokio-Nueva York, por ejemplo. Y muy inferior a la que se sufre al hacerse una radiografía.

También los media hemos alabado la disciplina y temple de los japoneses.
Simplemente estamos acostumbrados a los terremotos. Es nuestra historia. La única diferencia en esta ocasión ha sido la mayor intensidad y la amenaza de la radiactividad.

¿Qué ha aprendido usted como arquitecto de esta catástrofe?
Lo que ya sabía. Que no matan los seísmos, sino la corrupción del constructor o el propietario o el arquitecto o las autoridades. En Japón, los edificios construidos después de 1981 han resistido bien el terremoto. Y también resistieron muy bien el de Kobe.

¿Cómo consiguen construir tan sólido?
Nuestra arquitectura tiene una larga tradición antisísmica y hemos trabajado las estructuras de regresión. Cuando se cumple la normativa, los edificios aguantan, pero hay otros casos en que no se cumple. Entonces muere gente y no sólo en Japón.

Por ejemplo.
Un caso reciente en Nueva Zelanda...

Un país considerado muy honrado.
Pero hubo un edificio en el que el propietario logró ahorrarse la inversión necesaria contra terremotos gracias a turbios manejos políticos. La construcción acabó derrumbándose por un seísmo y causó víctimas.

Además de sismógrafos, deberíamos tener corruptógrafos.
Algo parecido sucedió en el edificio de una escuela china en la que murieron decenas de niños al derrumbarse durante el último terremoto. Y no son catástrofes naturales. Son crímenes cuyos culpables son los políticos y funcionarios que aceptan mordidas.

Pero este tsunami ha sido excepcional.
Las defensas antitsunami eran de 10 metros de altura, pero fueron superadas por el maremoto. Y las alarmas también se revelaron ineficaces, porque tan sólo transcurrieron nueve minutos entre el seísmo y el tsunami.

¿No deberían dejar esa área de su costa despoblada y construir tierra adentro?
Lo que haremos es reconstruir la ciudad teniendo en cuenta las lecciones del tsunami.

¿Cuáles son?
Planeamos construir edificios pantalla de gran altura en primera línea antitsunami que protegerán a las demás construcciones y cuyas terrazas servirán, además, de refugio cuando se produzca una alarma.

Parece buena idea.
Sólo le veo el inconveniente de su impacto paisajístico, pero tal vez se pueda suavizar. Lo importante es que ahora reaccionemos y planifiquemos. Y por cierto, en Turquía, donde trabajé tras el último terremoto, deberían tomar nota también de que cada nuevo seísmo se produce más al oeste, más cerca de Estambul. Y no les veo prevenirlo...

¿Por qué se especializó también en arquitectura humanitaria para refugiados?
Estuve en Ruanda durante la masacre y lo primero que experimenté al ver tanta desgracia fue la íntima necesidad de ser útil. Por eso lamenté no ser médico, pero ya era demasiado mayor para estudiar medicina, así que pensé que allí sólo podía ser de ayuda como arquitecto y replanteé mi carrera.

¿Cómo?
Me di cuenta de que el trabajo de los arquitectos es hacer visible el poder silencioso de los millonarios y los políticos. Convertimos su prepotencia en algo material, que se puede exhibir ante el pueblo. Construimos los escaparates de la soberbia de los poderosos: sus edificios y monumentos.

Y a veces de su mal gusto.
¡Pero yo también quería poner mi talento al servicio de quienes no tienen nada!

¿Qué le han enseñado?
Que el hecho de ser pobre y haber sufrido una catástrofe no les hace menos exigentes que los poderosos y millonarios.

¿Criticaban su obra humanitaria?
Sí, los propios refugiados que la habitaban, y me enseñaron mucho con su crítica.

Pues ya no se fue sin cobrar.
Pero no me malinterprete: esa arquitectura de crisis sólo es una manera de equilibrar mi dedicación a glorificar a los dueños del dinero y del poder, un trabajo que también estoy encantado de seguir haciendo.

¿Qué es lo primero que hace cuando llega a una catástrofe humanitaria?
Tomar distancia: no emocionarme. Debo ser como un cirujano que olvida sus sentimientos para concentrarse en la técnica quirúrgica. Yo me concentro igual en un campo de refugiados que en el proyecto de mayor presupuesto de mi carrera.


Altruismo realista

Shigeru encarna la sabia mezcla de ética y pragmatismo que caracteriza al ethos nipón. Por eso cree que su país también saldrá reforzado de esta catástrofe. Con serenidad, pero nunca con dejadez. Shigeru renuncia a la lágrima y la queja, y planea cómo reconstruir las ciudades para frenar futuros tsunamis. Y sabe de qué habla, porque ha ejercido su arquitectura en Kobe, Turquía, India, Sri Lanka, China, Italia o Haití; pero también en proyectos de grandeur como el centro Pompidou-Metz. Con altruismo realista: le pregunto por qué no construir edificios con energías alternativas. "Sería bonito -responde-, pero los promotores las rechazan porque encarecen el presupuesto un 20 por ciento".

"La Contra"
www.lavanguardia.es

Molts d'anys rateta ¡¡¡


Aquest dibuixet matiner per desitjar-te un molt bon día de "cumple".
Un any + , que en el teu cas sembla un any - .........
No sé com ho fas ¡¡¡
Jejejeje
Per molts d'anys i per molts d'anys més plens de salut i ventura.
1bs7 guapisima ¡¡¡

Jaume

21 de marzo de 2011

Lluna Plena a Sant Jordi, el vespre del dissabte 19 de març.





http://ib3noticies.com/20110322_147303-el-temps-vespre-21-03-2011.html
Fotos: Jaume Timoner

"Hubiera bastado con no hacer negocios con Gadafi"

Wael Abbas, bloguero egipcio que catalizó la revuelta en la red social

Tengo 37 años.
Nací en El Cairo.
Estudié Literatura Inglesa y fui periodista de la DPA.
Después me hice bloguero por libre para eludir la represión de Mubarak cuando colgué en mi blog vídeos con abusos policiales.
Colaboro con la Facultat de Comunicació Blanquerna.

Desea una intervención militar occidental en Libia?
Ahora sería contraproducente para los demócratas del mundo árabe, porque le daría la razón a Gadafi cuando se proclama nuestro defensor frente al colonialismo. Si nos quería ayudar... ¡lo que tendría que haber hecho Occidente es no hacer negocios con ese tirano indigno cuando todos ya sabían que masacraba a su pueblo!

Pero si no interviene Occidente ahora, Gadafi aplastará la rebelión.
Si Occidente –de verdad– cortara cualquier apoyo económico a Gadafi, tal vez no le haría falta intervenir militarmente.

¿Usted cree que ya hubiera caído?
No lo sé, porque también Siria y Argelia le están apoyando ahora mismo. Lo que sé es que la revolución libia no acabará de ser legítima y plenamente aceptada por todo el mundo árabe si no triunfa por sí sola.

Antes los rebeldes serán masacrados.
Si perseveran acabarán por derrocar a Gadafi por sus propios medios y sólo entonces podrán comenzar a crear una verdadera democracia en Libia.

¿Quién acabó con Mubarak y cómo?
Mubarak fue el principal culpable de su propio final. Hizo la vida insoportable a los egipcios con una violación permanente de sus derechos humanos y saqueando el país sin ningún escrúpulo.

Pues duró 30 años.
Porque logró convencer a Occidente de que él era la única alternativa al radicalismo islámico, que, hábilmente, fomentaba.

¿Cómo?
El propio Mubarak alimentaba y financiaba el islamismo fundamentalista y sus expresiones más radicales para justificar ante Occidente la brutal represión sobre los egipcios.

Las clases medias sufrían a Mubarak, seguro... Pero ¿también los campesinos?
La avaricia del régimen de los Mubarak también los alcanzó: por ejemplo, les prohibió sembrar arroz.

¿Por qué?
Por corruptelas que permitían a otros países vendernos el suyo. Pero esa medida no era la única: siempre que intentabas hacer algo aparecía un funcionario dispuesto a cobrarte o simplemente a abusar de ti.

¿Y la ayuda internacional?
Hubo quien montó oenegés para intentar vivir de ayudas de la ONU, Japón, la UE...

¿Y...?
Daban conferencias de pacotilla, por ejemplo, contra la pederastia o contra la ablación de clítoris con cuatro amigos para cobrarlas, pero la dictadura no quiso perderse ese chollo e impuso una autorización previa... Con su mordida, claro.

Trabajar así no era muy estimulante.
Gran empresa o un puesto de chucherías: era el abuso a todas horas en todas partes.

Usted lo sufrió, y a fondo.
Yo difundí algunos de esos abusos; primero como periodista para la agencia DPA, después, cuando la seguridad del Estado me empezó a perseguir, como bloguero por libre.

Cuéntenos cómo.
Colgué en mi blog un vídeo de cómo la policía sodomizaba con una barra a un conductor de autobús para humillarlo ante sus compañeros; también difundí los acosos sexuales que sufrían mujeres indefensas en plena calle ante la pasividad de los policías... ¡Y tantos otros casos...!

Y fue usted detenido por ello.
Sufríamos cosas así todos cada día... Por eso también nos rebelamos todos: campesinos, mujeres, clase media. Muchos fueron a una manifestación por primera vez en su vida.

¿Por qué dejaron de tener miedo?
Somos personas como ustedes: sabemos que tenemos derecho a ser tratados con dignidad; a tener representantes políticos y a ganarnos la vida con nuestro trabajo.

¿Cuál es su modelo?
La mayoría de los egipcios sabemos que la democracia parlamentaria no es perfecta, pero es lo que más se acerca a permitirnos esos derechos.

De momento les mandan los militares.
Y nos preocupa enormemente que caigan en la tentación de sustituir a Mubarak con otra dictadura más o menos maquillada.

¿Por qué los Hermanos Musulmanes son también ahora irrelevantes?
Porque todos en Egipto sabemos que Mubarak los utilizaba. Y ellos están descolocados.

Aquí los magnificaban los analistas.
Eran la marioneta de Mubarak para espantar a Occidente: “O yo o el islamismo radical”, repetía entrevista tras entrevista mientras los hacía crecer. Y ustedes le creyeron.

La religión es importante en Egipto.
Mubarak la convirtió en la única alternativa al prohibir todo lo demás. Y el dinero saudí también sirvió para promover el integrismo wahabí reaccionario. Ahora, los nostálgicos del régimen la vuelven a utilizar provocando altercados con la minoría cristiana para crear una apariencia de caos y guerra civil que favorezca otra dictadura.

¿Por qué fueron tan decisivas en la revuelta las redes sociales?
Porque eran la única posibilidad de libre expresión. Los medios estaban amordazados; la religión, manipulada; la discusión política, perseguida, y mucho más los partidos...

¿Pero por qué ha estallado todo ahora?
La indignación había crecido hasta tal punto durante años que la revuelta tunecina fue la señal suficiente para que explotara. Ahora el gran desafío para los demócratas egipcios es evitar otro Mubarak.

Dejémosles elegir

Abbas, uno de los miles de demócratas egipcios, nos da una baño de sentido común: si los líderes occidentales no hubieran apoyado a Gadafi -para lucrarse- cuando sabían que aplastaba a su pueblo, ahora no sería necesario que intervinieran militarmente para derribarlo. Incluso en estos momentos, si Occidente bloqueara de verdad su dinero, Gadafi no podría pagar a sus mercenarios. Los árabes no necesitan apoyo militar neocolonial, sino tan sólo que les dejen elegir o derribar a sus gobernantes en paz. Son lo bastante maduros y educados como para preferir un régimen que respete su dignidad a tiranos apoyados por Occidente como Mubarak, que son mal negocio para nosotros y espantoso para ellos.

www.lavanguardia.es
"La contra"

Trileros en las Ramblas.

Doy un paseo cerca del mercado de la Boquería de Barcelona, entre esas estatuas vivientes a las que han prohibido, o van a prohibir, que posen con armas simuladas aunque sean vaqueros, indios, soldados o marcianos, para que no den ejemplos belicistas a la tierna infancia, dicen, y también por seguridad pública, imagino; no vaya a ser que a un indio se le dispare una flecha, o algún niño quede traumatizado ante un vaquero verde fosforito con un Colt en la mano. El caso es que paseo, como digo; y en ésas me topo con una cuadrilla en torno a una mesa de camping, currándose la calle: están el que dirige el juego, los ganchos y también algún pringao palmando o a punto de. Así que saco el móvil y telefoneo a mi colega Ángel Ejarque, retirado del delito hace veinte años, pero que en su tiempo fue leyenda viva, rey del trile y de otros lances callejeros, y le digo oye, plas, se me cae la cara de vergüenza, años sin ver una cuadrilla de trileros currándose la calle, y la primera que encuentro, al arrimarme con toda ilusión, es de guiris, te lo juro, del Este por el acento. Y curran chungo, por lo que veo y oigo. Muy descarado y sin finura. Casi atracando a la gente, mira lo que te digo. Aprietan tanto que sólo les falta sacudir a los batos, que por cierto son tres japos con mochilas, para que aflojen la viruta. Y oyes. Ya sé que tú te saliste de la calle; pero, ¿y los colegas? ¿Cómo es que tus antiguos consortes dejan que les quiten de esa manera el pan de la boca? Si vieran esto, los huesos de los palmaos, aquéllos a los que se llevaron los años o el prive, se removerían en sus tumbas. No te digo ya el Muelas, que era maestro de maestros. Hasta el más primavera de los soguillas que teníais entonces para dar el agua sería un virtuoso comparado con estos chapuzas de importación. ¿Qué pasa? ¿Ya no quedan trileros nacionales como Dios manda? ¿Dónde están aquellos artistas de morro y labia? ¿Qué ha sido del Patillas, el Catarecha, el Rasca, el Chino o el Ladrillo? ¿No hicieron escuela? ¿El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos?

Eso largo por el móvil. Tal cual. Y Ángel, avergonzado, responde es que nos hemos vuelto algo mariquitas, colega, y también nos hicimos viejos, o taxistas, o empleados de algo, y dejamos el juego, el alcohol y las tordas donde se nos iba el jurdós, y en los últimos tiempos a los jóvenes les fue más cómodo hacerse camareros o albañiles. No hubo escuela fina, así que se perdió el arte. Mírame a mí, que cuando nos conocimos manejaba cuadrillas de siete u ocho virtuosos que se comían el mundo -yo hasta les sacaba a mis niños el dinero de la hucha- y hubo días que levanté hasta un cuarto de kilo, y aquí me tienes ahora, reformado y limpio que te rilas, de currito en una empresa de seguridad. Llevo veintidós años sin sobar un catecismo, y no entro en un bar ni para ir al tigre. Pero oye lo que te digo -en este punto le advierto un puntito de curiosidad profesional- ¿esos jambos están burlando con pastos o con triles?

Le respondo que con pastos, que los ganchos cantan la Traviata con acento eslavo, y que el de la mesa es tan burdo con los tapones y la borrega, que hace falta ser de Osaka para no coscarse. Y Ángel responde es natural, colega, porque los pastos los manejas más fácil, son de estocada en plan aquí te pillo aquí te mato, y todo consiste en esconder la bolita; mientras que los triles necesitan arte, son lentos de ejecutar y hay que currárselos doblando una esquina de un naipe y luego otra, con buena mano. Y es que ya no hay estilo, añade. Ni filigranas de caballeros. Y si el pringao muerde el pastel y se rebota, encima van y lo hostian. Es otro estilo, ¿me sigues? Además, saben que aquí hay pajera abierta y se les da cuartel, y que si no se pasan de violentos, pues tranquis. Van a la calle en bola según entran, por la misma puerta, y por lo que yo me comía tres meses ahora les sale gratis. Así que esto es vente a Alemania, Pepe: cada día verás más, haciéndose los amos del trile, de las lumis y de todo. Pero cosas buenas también tienen, no creas. Nosotros éramos individualistas, a ver si me entiendes. Después de un buen palo astillábamos y cada uno se iba por su cuenta, a su vicio: la priva, las tías o la ludopatía de cada cual. ¿Te acuerdas? A pulírnoslo. Éstos, sin embargo, son solidarios entre ellos. Vinieron a trabajar: curran y viven juntos, en grupo, ahorran, se organizan en plan serio, tienen abogados. Cuando les va bonito invierten en usura, en puticlubs, en tráficos de armas y cosas así. Son peña emprendedora, con ganas de montárselo. Se hacen un futuro. No acabarán, como algunos que tú y yo conocimos, durmiendo en la calle con tres cartones: el de abajo, el de arriba y el de Don Simón. Pasa como con todo lo demás: se lo van a llevar crudo porque lo curran, vinieron con hambre y ambiciones y juegan para meter goles. Y ya lo ves. Hasta burlando en la calle, colega, nos mojan la oreja.

Arturo Pérez-Reverte

14 de marzo de 2011

El ecologista ecologizado

Hace tiempo hablé aquí de mi amigo neoyorkino Daniel Sherr, que aparte ser un magnífico intérprete profesional que habla todas las lenguas de Babel, es judío, alérgico, vegetariano y una de las mejores personas que conozco. Su única pega es ser uno de esos ecologistas pelmazos que, según los días, llegan a romperte los huevos. Por la calle dirige miradas furiosas no ya a los fumadores, sino a quienes sospecha puedan serlo; y cuando viaja mete en la maleta cuanta botella se cruza en su camino, para reciclarlas al regreso, pues no se fía del personal de los hoteles. Carga con bolsas con arroz hervido, como los vietcong, y fruta para consumo propio; y se niega a pasar los plátanos por el control de viajeros en los aeropuertos porque, afirma, los detectores los contaminan con sus rayos radioactivos y malignos. Imagínense el cuadro, e imagínenme caminando lo más lejos posible de él, poniendo cara de que a ese tipo estrafalario al que cachean los guardias, o se llevan aparte para interrogarlo en privado, ni lo conozco ni lo he visto en mi puta vida.

Ése es mi amigo Dani, al que quiero muchísimo. Por eso vivo informado de sus peripecias. La última es tan deliciosa que no me resisto a contarla. Más que nada porque, aunque parece delirante, es un augurio siniestro de lo que nos espera en España. De lo que traerá, de forma irremediable, tanta peligrosa combinación de mansedumbre ciudadana y prepotente imbecilidad oficial. El caso, absolutamente real, es ejemplo de hasta qué punto esos Estados Unidos que para nuestra babeante Europa son referencia ideal de lo socialmente correcto, nos llevarán al absoluto disparate. De hasta dónde puede llegar la descarada injerencia estatal en lo más íntimo de nuestras palabras, nuestras casas y nuestras vidas.

Dani tiene un piso en Nueva York, en un edificio de seis plantas donde viven unos cuarenta inquilinos. Fiel a sus principios ecologistas, llevaba años dando la murga para que la comunidad de vecinos aceptase una auditoría energética, a fin de evitar derroche, contaminación y cosas así. El trámite, le dijeron, pasaba por una visita previa del administrador de la finca. Se presentó éste en casa de Dani, y dijo que lo de la auditoría energética estaba divino de la muerte y era una propuesta interesante a más no poder. Que estaba entusiasmado con la idea hasta el punto de aplaudir, plas, plas, plas. Pero antes había un requisito: comprobar que el apartamento del reclamante se ajustaba a las ordenanzas de Nueva York sobre viviendas libres de toda sospecha. Luego señaló con dedo acusador los libros, periódicos y documentos profesionales que mi amigo tenía en su casa por todas partes. Según la disposición cuarenta y siete barra ochenta, indicó, o una de ésas, los libros apilados en el suelo podían obstaculizar el paso de los bomberos en caso de incendio. Sin contar con el peligro de tener tanto papel -material inflamable- en un edificio de apartamentos. Y mientras Dani, boquiabierto, intentaba deglutir aquello, el otro se asomó a la cocina y dijo literalmente: ajá, qué es lo que veo, tres granos de arroz integral sueltos sobre una mesa. Eso puede atraer cucarachas, e incumple la disposición sanitaria treinta y cuatro barra seis. O algo así. Dani, que viajaba a España dos días más tarde, dijo que sí a todo, acojonado, creyendo que poner tierra de por medio bastaría para que se olvidara el asunto. Pero al regreso encontró una carta preguntándole si había «abordado» lo de subsanar las deficiencias señaladas. Respondió que sí -abordar, pensó con lógica, no significa eliminar ni resolver- y consultó mientras tanto con un abogado la manera de que se olvidaran de él, de la auditoría energética y de la madre que lo parió. Pero el asesor legal dijo que verdes las había segado. Que, según las ordenanzas neoyorkinas, podía ser denunciado por violar los códigos de vivienda, de incendios y de salud. El consejo era que tragara.

El siguiente paso de Dani, que a esas alturas ya era presa del pánico y renegaba hasta de las energías alternativas, fue tirar cuantos papeles pudo, y esconder otros. Tuvo a una señora de la limpieza tres días en casa, buscando hasta el último grano de arroz escondido. Al cabo, el administrador regresó con sonrisa de zorro entrando en gallinero. Mucho mejor, dijo. Casi al noventa y nueve por ciento. Aunque lo ideal según las ordenanzas municipales, añadió con recochineo, es que no queden a la vista papeles en absoluto. En todo caso, no debe haber ni un solo papel ni libro en el suelo, ni tampoco sobresalir de las mesas ni estantes. Los bomberos, ya sabe. La normativa y todo eso. Haré otra inspección en tres meses; y por supuesto, espero que sea la última. En cuanto a lo de la auditoría energética que usted reclamaba para el edificio, desde luego, no hay ningún problema. Aquí somos tan ecológicos como el que más. ¿No le parece? Así que cuando quiera me llama, oiga. Y discutimos el asunto.


Patente de corso
Arturo Pérez-Reverte

"Coleccionamos excusas para sentirnos infelices"

Paz Torrabadella, psicóloga, autora de 'Estupidez emocional'

Tengo 47 años.
Vivo en Barcelona.
Casada, un hijo (21).
Estamos en un momento de transición: tenemos conciencia de lo que hace falta hacer, pero no tenemos un sistema que nos represente.
Creo en una conciencia común, sabemos más de lo que tenemos presente.


La felicidad como objetivo funciona mal. Toda vida tiene una dosis de sufrimiento ineludible como la frustración, la enfermedad y la muerte. Decirle a un niño que tiene como objetivo ser feliz es estafarle.

¿Entonces, qué hay que decirle?
Que la felicidad sucederá, pero que no es la norma. Lo cabal es saber y aceptar el sufrimiento inevitable (porque mucho sufrimiento procede de no aceptarlo), y evitar al máximo el innecesario. Estamos siempre coleccionando excusas para ser infelices.

Sí, qué estupidez.
Todo el sufrimiento inútil que padece el género humano, y que es mucho, procede de la estupidez emocional: falta de empatía, intolerancia a la frustración, crítica gratuita indiscriminada, victimismo, autodesprecio, envidia, compulsión, obstinación, agresividad, adicción a la infelicidad...

¿La estupidez engendra todas esas cosas y se alimenta de ellas?
Sí, pero una vez la detectas y reconoces, puedes prevenirla. Lo primero que hay que saber es que nadie está exento de ella, todos cometemos estupideces alguna vez.

Bien, mensaje recibido.
La estupidez es muy común. Como sociedad la vemos en las guerras o en la destrucción del planeta; en la familia, cuando nos atacamos psicológicamente o somos poco empáticos, y eso lo veo mucho en terapia de pareja: uno se queja del otro, cuando con pensar en el otro todo se solucionaría.

¿El estúpido se sabe estúpido?
Por naturaleza la estupidez se blinda, el estúpido emocional se especializa en criticar, ve la estupidez ajena y se concentra en ella: es más cómodo. Son personas rígidas en su pensamiento que se mueven en dicotomías del tipo bueno-malo, y muy susceptibles.

¿La estupidez aumenta con la práctica?
Sí. Para justificar una estupidez se suele incurrir en otra, y es muy contagiosa.

¿?
Si respondo a un bocinazo (una estupidez, porque está generando un sentimiento negativo), me estoy contagiando de su estupidez.

Entiendo.
La única manera de no contagiarse es reconociéndola. Debería existir la asignatura de estupidología, porque dedicamos muy poca energía a un fenómeno que condiciona nuestras vidas y sociedades.

No me parece una idea descabellada.
La estupidez es irracional como la crítica gratuita. Yo diría que tanto critica una persona a los ausentes, tanto está instaurada en la estupidez. Y hay grandes mentes muy estúpidas que siembran a su alrededor sentimientos negativos innecesarios.

¿Cómo detectarla?
Cuando causamos o padecemos un sufrimiento inútil. Por ejemplo, el hombre o la mujer que ante una separación utiliza a sus hijos en contra del otro haciendo sufrir a todo el mundo. Semejante estupidez hay que reconocerla y evitar entrar en una escala de estupideces.

Deme claves.
La conciencia de los propios sentimientos, darse un espacio para observar los pensamientos, porque si soy consciente de cómo me siento puedo controlar.

El autocontrol es difícil.
Una gran herramienta es compartir, poder poner en común temas personales con otros. Es impactante ver como terceros pueden intuirte y darte buenos consejos. Somos mucho más transparentes de lo que creemos, lo que pasa es que nos han enseñado a desoír esa inteligencia intuitiva, lástima, porque todo eso que no se dice es más importante que lo que se dice.

¿El autoengaño es la mayor estupidez?
Sí, y contra eso sólo podemos autoeducarnos día tras día. Albert Ellis, creador de la terapia racional emotiva, decía que todo el sufrimiento humano procedía de las ideas irracionales que no son más que exigencias: “Los demás tienen que comprenderme...”.

Pero la cosa funciona al revés...
Exacto, para los demás nuestros problemas son de una levedad inconmensurable. Hasta que aceptamos esto, nos vamos neurotizando cada vez más.

Solemos ser víctimas de nuestra propia manera de pensar.
Sí, nos tomamos muy en serio. Además, nuestra colección de excusas para sufrir se retroalimentan. La verdadera causa de la perpetuación de cada discurso es que se obtiene algo de él aunque sea insatisfactorio, por ejemplo: que las cosas me vayan mal me permite seguir quejándome.

Hablemos de la paradoja: si persigues el sombrero, él insiste en irse volando.
Así son las relaciones humanas: es nuestra pretensión la que genera el problema. Nuestra propia insistencia genera la reacción contraria. Pero la paradoja es la base del humor, y la estrategia más inteligente y airosa de superar una forma de relacionarse estúpida es el sentido del humor.

¿Se le ocurre cómo cultivarlo?
Estando con personas que lo tienen, porque el sentido del humor es un deporte de dos.

Hay quien teme pasar por estúpido.
Tolerar algo no significa que nos parezca bien, sino sencillamente que sabemos que sucede y mientras sucede no lo negamos.

¿Qué pregunta debo hacerme a diario?
Cuánto hay en mi vida que estorba o enmaraña: pensamientos, costumbres, ruido. Alexander Lowen decía que la felicidad es la conciencia de la propia mejora.

El enemigo interior

Para esta especialista en comunicación interpersonal la estupidez es una enfermedad curiosa, pues no la sufre quien la padece, sino quienes le rodean, y su fundamento es el tiempo: si alguien repite una estupidez el suficiente número de veces, acabará considerando que esta actitud es lo normal, la defenderá y la incorporará, definitivamente, en su día a día. Tiene un interesante ensayo sobre ella (Estupidez emocional, editorial Vía Libro), recomendable para afrontarla en nuestro interior, en las relaciones próximas y en lo social. Organiza grupos -allegados desconocidos- que se reúnen con la única finalidad de comprenderse ellos mismos para ser menos estúpidos (www.torrabadella.com).

"La contra"
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"Tras forrarse con trampas nos aplican la cultura del esfuerzo"

Eva Illouz, filósofa; deconstructora de la autoayuda, la psicología y las nuevas religiones

Disfruto cada segundo de ser vieja, porque me hace sabia para volver a evocar y sentir lo vivido.
Nací sefardí en Marruecos, crecí en EE. UU. y vivo en Israel: soy de todas partes o de ninguna.
Los hijos son la última religión universal, y yo creo: tengo tres.
Colaboro con el CCCB.

Durante siglos, el ideal del hombre culto era el equilibrio.

¿En qué sentido?
Lograr la ausencia de emociones intrusas en la paz del alma. Si las dominabas, alcanzabas la ataraxia.


Y si no, eras un esclavo de tus pasiones.
El cristianismo transforma ese ideal de la paz interior en el de “la paz de Dios”; y las pasiones, en pecados. Y va un punto más allá en cuanto a reprimir el  exo. Ahora ya no se trata de no practicarlo: eso es fácil...


¡Qué me va a contar!
El cristiano debe conseguir no desearlo. Y eso requiere un cambio profundo en su conciencia, que es lo más importante de su vida.


Entonces el dinero era un pecado más.
Hasta el protestantismo, que da una vuelta de tuerca materialista a ese ideal; ya no se trata de dominarse y contemplar a Dios en la pobreza; para ser bueno y feliz debes trabajar duro y ser honesto y así llegarás a rico, que equivale a ser santo. Y, con esa moral victoriana, Inglaterra conquista el mundo.

La cultura del esfuerzo que hoy revive.
Siempre vuelve en las refundaciones del capitalismo como la que ahora vivimos. Esa moral victoriana niega la buena suerte, porque, para un buen hombre, la buena suerte sólo es el fruto del trabajo duro de cada día.


Y habría que tener algún talento...
El talento supone haber tenido la fortuna de nacer con él, y la moral victoriana sólo reconoce lo ganado con esfuerzo y honestidad.


Siempre recompensados... En el cine.
Se trataba de que aceptaras el orden establecido, y, a cambio, te brindaban la ilusión de que había una escalera social para que cualquiera –con o sin talento o apellidos– que sudara lo suficiente llegara a ser rico.


¿Y usted no cree en ese esfuerzo?
Yo creo en la historia, que muestra la cantidad de casualidad y a menudo desvergüenza requeridas para amasar fortunas. Después, el mito lo forjan los ganadores, que suelen preferir que se les admire por sus méritos personales que por su suerte, porque, como ellos, puede tenerla cualquiera.


¿Por qué vuelve esa moral victoriana?
Porque el colapso financiero ha puesto en evidencia que quienes manejan el sistema hacen trampas y aun así al fin acaban ganando. Y eso hace sentirse idiotas a quienes no las hacen y van a trabajar cada día.


También hay quien disfruta su trabajo.
Para controlar y regenerar el sistema deben volver a convencernos de que si trabajamos duro, tendremos recompensa. Por eso ahora resucitan la cultura del esfuerzo para neutralizar la de casino y la del favor político, que acaban de demostrar que sí son efectivas.


¿Y dónde está la felicidad?
En el XIX estaba en la honradez y en la riqueza, hasta que el psicoanálisis y la psiquiatría, que hasta entonces sólo se habían preocupado de los enfermos mentales, crean una categoría genial: los neuróticos. Y en los 70 democratizan la enfermedad mental.


Ya puedes ir al psicólogo sin estar loco.
Neurótico es cualquiera que sufra un conflicto interno. Es una gigantesca operación de marketing sanitario: si te enamoras de una chica, pero no te conviene, tienes un conflicto y tal vez una neurosis; o si te peleas con tu padre o los vecinos o con tu perro..., tienes conflictos y eres un neurótico.


Y tal vez necesites medicación...
Antes que las píldoras, los psicólogos conciben otro provechoso invento: la autorrealización. Ya ni siquiera necesitas un conflicto para ir a terapia. Ahora, basta con que no te "sientas realizado" para cobrarte la visita.


O al menos para venderte su librito.
Cualquiera puede pagarse ese libro que le ayude a realizarse. Y entonces aparece toda una narrativa –en su mayoría, banal– para ayudarte a realizar “todo tu potencial”.


Género en auge.
Si trabajas mucho, eres workahólico y necesitas ayuda, pero si trabajas poco  y no eres ambicioso, también necesitas ayuda, porque te falta autoestima... Debes ir a terapia.


Y se titulan por miles los psicólogos.
Nuestra vida se ve invadida por su palabrería: si te gusta el sexo y lo practicas sin cesar, eres sexoadicta y tienes miedo al compromiso; pero si, en cambio, te enamoras perdidamente de alguien y le eres fiel, eres dependiente e insegura de ti misma.


¡Qué estrés!
El gran cambio respecto a san Agustín o la moral victoriana es que hoy tu objetivo es inalcanzable: está siempre en movimiento.


Y la cartera, tras él...
Te convencen de que debes estar toda tu vida “trabajándote” y para ello  necesitas guías, terapia, libros, consultas, pastillas...


¿Y si vas a tu bola y punto?
Somos humanos y requerimos de marcos de referencia e instituciones, pero,  como están en crisis, sólo nos queda la psicología para buscar algo de coherencia. Así que ellos siguen ganando. Y ahora, con pastillas: se muere un familiar, te las dan para superar el luto; te abandona la pareja, igual. Llorar, que era lo más natural del mundo, hoy es un trauma que debe tratarse a pastillazos.


Se han medicalizado los sentimientos.
Y las carreras. Un profesional ahora debe lograr lo imposible: ser cordial con sus compañeros, pero competitivo; buen jefe, pero también buen amigo; ser simpático, pero no demasiado, porque sería débil... Ni muy enérgico, porque sería autoritario. Por eso también necesita coaching psicológico.


¿Y si te aceptas como desastre?
Siempre habrá gurús dispuestos a ayudarle: esté tranquilo.


Creo en ser madre

"Los hijos son la única y la última religión universal: se lo damos todo sin esperar nada. Tan sólo nos brindan una vaga promesa de recordarnos tras la muerte. Hoy la paternidad es el más abnegado y generoso de los sacerdocios contemporáneos. Porque la religión ocupa cada vez menos espacio en nuestras vidas, pero nuestras vidas tienen espacios cada vez más religiosos: regale una cena romántica a su pareja y verá cómo las luces, los vestidos y el menú se convierten en símbolos que separan lo cotidiano de lo sagrado y así crean un ritual ¿una misa de pareja¿ que, como todo rito, renueva un vínculo entre dos: lo fue entre Dios y los creyentes y hoy es entre los dos creyentes en un mismo amor"

"La contra"
http://www.lavanguardia.es/

9 de marzo de 2011

Desordenadamente.

Tus ojos
que están llenos de selvas y son un manifiesto,
desordenadamente
me hacen aventurero
                                             y revolucionario

Luis Garcia Montero

En cada lealtad hay un rumor de transparencia

Yo he querido un respeto de cristal.
Que la lluvia viniese sobre mí
con sus alas de tarde,
que la noche difícil se moviera
como un vaso de agua en nuestra mano,
que las enamoradas
buscasen un espejo donde sentir los labios,
y que la historia
con su tacón injusto
no pisara mi vida,
porque la lluvia y yo
y las enamoradas y el espejo
no somos partidarios de los cristales rotos.


Luis García Montero
(de su nuevo libro "un invierno propio")

Dibuix matiner dedicat a n'Antònia.

"El delito del que acusan a Assange sólo existe en Suecia"

Jennifer Robinson, abogada de Julian Assange, creador de Wikileaks

"El delito del que acusan a Assange sólo existe en Suecia"


Tengo 30 años.
Soy australiana como Julian.
Soltera: he dedicado mi vida a defender los derechos humanos y ese también ha sido mi único partido político.
Soy de cultura católica: mi madre se enfadó cuando intervine en casos de pederastia.
Colaboro con Bartolomé&Briones.


Cómo está el señor Assange?

Hablé con él anoche. Está entusiasmado trabajando en los acontecimientos en Libia y en Wikileaks: pronto verán cómo.

¿No lo ha publicado todo ya?
Apenas ha difundido un tres por ciento de los documentos en su poder.


¿Está preocupado por las acusaciones?
Se las toma muy en serio. Además le es difícil olvidarlas, porque está obligado a llevar una pulsera en el tobillo que permite a la policía tenerle siempre controlado.


Es mejor que estar en la cárcel.
Desde luego, pero es que cualquiera que se enfrentara a acusaciones similares en el Reino Unido sería tratado mucho mejor.


¿De qué se le acusa exactamente?
De un delito que sólo existe en Suecia. Es una acusación muy extraña.


¿No se le acusa de violación?
No, porque el sexo que mi defendido mantuvo con las dos ciudadanas suecas que ahora le acusan fue consentido.


¿Entonces...?
Yo añadiría que aquello de lo que se le acusa, en el Reino Unido o en mi país, Australia, no sería en absoluto delito.


¿Y en Suecia sí es delito?
En Suecia lo que ha sucedido es que, para que hubiera delito sexual, en  principio el requisito era el uso de la fuerza, pero la consideración de delito ha evolucionado recientemente hasta un punto muy equívoco.


¿No era por no usar preservativo?
En cualquier caso, debemos ser muy cuidadosos al distinguir entre lo socialmente reprobable y un crimen violento. Y hablamos de una acusación muy grave que ya ha causado un perjuicio inmenso a mi cliente.


¿Por qué piden su extradición?
Ese es otro punto interesante. En los dos últimos años, Suecia ha cursado tan sólo dos órdenes de detención por delitos sexuales: la de un violador de niños y la de Julian Assange. Obviamente existe una desproporción jurídica evidente y flagrante.


¿Por qué motivo?
Porque la atención mediática universal es tentadora para que algunos políticos suecos exhiban su pretendida firmeza contra los delitos sexuales.


¿En qué se basa usted para afirmarlo?
Ofrecimos a la fiscal nuestra cooperación antes de que emitieran la orden de detención, pero prefirió cursarla. Además, el primer ministro sueco hizo unas declaraciones políticas que interferían escandalosamente en el proceso: dijo que sus abogados ignorábamos los derechos de las mujeres.


¿Qué pasaría si extraditaran a Assange?
Que en Suecia se celebraría un juicio a puerta cerrada. Lo que le dejaría en evidente indefensión.


¿Cómo se defiende Assange?
Niega absolutamente cualquier práctica sexual no consentida. Cuando supo de la orden de detención se presentó conmigo en una comisaría de Londres y pude ver su consternación al leer esas acusaciones.


¿Cuáles son los motivos –cree usted– de las mujeres que lo denunciaron?
Simpatizo con ellas: es muy difícil mantener acusaciones sexuales y más contra una figura pública. También lamento la intrusión mediática que han sufrido, pero desconozco sus motivos. Lo que sí sé es que hubo mensajes entre ellas y sus amigos en los que expresaron su intención de arruinar la reputación de Assange y también de conseguir grandes sumas de dinero al hacerlo.


¿No cree que puede haber alguien más detrás de esas acusaciones?
Ha habido especulaciones sobre si han podido ser promovidas por la CIA, pero simplemente no lo sabemos.


¿Qué pasará ahora?
Recurriremos la orden de detención ante la High Court y, si no prospera el recurso, ante el Supremo y si tampoco prospera, ante el Tribunal de Estrasburgo.


¿Cuánto tiempo llevarán los recursos?
Alrededor de un año por lo menos.


¿Cuántos años pueden caerle?
Entre dos y cuatro, pero seamos serios: las acusaciones sexuales en Suecia no resistirían un interrogatorio serio. No tienen base.


Entonces, ¿qué les preocupa?
Nos preocupa mucho más que sea extraditado de Suecia a Estados Unidos por los cargos de espionaje que se le imputan allí.


Si ni siquiera es ciudadano de EE.UU.
Es australiano. Por lo menos, no podrán aplicarle el cargo de traición, pero no creo que eso le librara de un juicio en EE.UU.


¿En Australia también le acusan?
Soy ciudadana australiana y debo avergonzarme de mi Gobierno, porque en vez de proteger a su ciudadano Assange en el caso Wikileaks, el primer ministro lo acusó de actuar de forma irresponsable al filtrar secretos y anunció que lo extraditaría a EE.UU.


Ya no le queda ni Australia.
Afortunadamente, la justicia australiana inició una investigación independiente que concluyó desestimando todas las acusaciones gubernamentales. Porque lo único que ha hecho Assange es hacer de editor. Es chocante que Australia dé refugio político a tantos extranjeros y no a su propio ciudadano.


El señor Assange publicará ahora sus memorias para poder pagar su bufete.
Sólo somos cinco trabajando en el caso. En EE.UU. seríamos más y más caros. Y el señor Assange tiene todo el derecho a decir lo que piensa en su propio libro, máxime cuando ya hay otros en el mercado atribuyéndole todo tipo de declaraciones.


Haciendo historia

La letrada Robinson fue becaria Rhodes en Oxford e inició una brillante trayectoria en defensa de los derechos humanos: de las tribus indonesias frente a las mineras o de las víctimas de pederastia en la Iglesia católica, y de otros menos mediáticos, pero no de menor enjundia, aunque reconoce que el de Wikileaks es "el más trascendente" que pudo imaginar. Y lo argumenta: "Wikileaks es la plataforma tecnológica que hace efectivo el derecho ¿que las constituciones avanzadas garantizan a los periodistas¿ de no revelar sus fuentes. Ni siquiera Assange sabe quiénes filtran las informaciones. Sencillamente, estamos cambiando la historia. Ningún corrupto o tirano podrá sentirse desde ahora impune"

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"La Contra"

Traficante de sueños.

Traficante de sueños.
Senegal - Parc National de Djoudj.

El tiempo.

Fases lunares

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REFLEXIONES EN VOZ BAJA .........

Quién soy yo ?

Mi foto
Palma, Illes Balears, Spain
Nacido en Alaior (Menorca) - a mucha honra -, llevo 13 años residiendo en Palma. Mi actividad profesional está ligada a ITEM, consultoría empresarial en materia de prevención de riesgos laborales, calidad, medio ambiente y seguridad alimentaria de la que soy Socio - Director. Estoy asociado al Teatre del Mar, Mallorca Solidaria, GOB de Menorca, Juristes sense fronteres, Cruz Roja, ...... socio del Golf de Son Antem (Llucmajor), deporte que intento practicar algún día a la semana. Leo prensa a diario, especialmente Menorca (del día anterior, salvo que esté en la isla), Diario de Mallorca, El País, El Mundo ..... Bien es cierto que consulto a diario 20 medios de comunicación para la elaboración del boletín de noticias que remitimos a nuestros clientes.

Traficante de sueños.

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
A parte de eso, tengo en mi todos los sueños del mundo.

Fernando Pessoa

Contador.

Todos los sueños del mundo ......

Todos los sueños del mundo ......
Güeoul - Distrito de Kebemer (Senegal). Escoles fetes per Mallorca Solidaria ONG (Taula per Ruanda).